martes, 25 de noviembre de 2014

BRASAS Y TAPAS. COBRECES. CANTABRIA


Apostamos por Cantabria para hacer una pequeña escapada. A pesar de las nubes, de las sombras, de la humedad...atraídos por sus muchos encantos que compensan de sobra estos factores circunstanciales.

Por ejemplo el de contemplar los atardeceres desde algunos puntos de la costa, más o menos humanizados, como este de la ermita de la Virgen de los Remedios en Liandres. 

Lugar este donde por cierto, se puede comer y cenar (los lunes no) en el Restaurante El Remedio. Un espacio con muchísimo encanto


Atardecer en el entorno de El Remedio


Nos alojamos en un punto mítico de la costa cántabra, por el que hemos llegado a pasar en numerosas ocasiones a lo largo de los años, pero que siempre hemos considerado un lugar de paso: Cóbreces. 

Antaño llegamos incluso a incluirlo como lugar de parada y fonda. Perdón: parada, queso y fonda. Pero nunca habíamos dormido allí.

Elegimos para una comida y una cena el Brasas y Tapas. El de la carretera principal. Encontramos numeroso público ocupando el interior y la terraza en ambas ocasiones. 

El local en si no es especialmente atractivo, ni por su decoración, ni por su ubicación, pero la verdad es que es un lugar agradable y sin ofrecer una cocina de altura, a nosotros nos dieron bien de comer. A esto hay que sumarle la comodidad de no tener necesidad de desplazarte en coche para cenar en un pueblo tan pequeño como este.

La carta es tremendamente amplia, y  lo mismo te sirven una pizza o una hamburguesa que una parrillada de marisco. El abanico de publico es tambien bastante amplio.

De entre sus especialidades, para cenar pedimos la tosta de queso de Cóbreces a la brasa con vinagreta de tomate. Un acierto. Un plato suave pero con sabor suficiente como para hacerno descubrir las posibilidades de este queso que elaboran y venden en el monasterio cisterciense situado justo enfrente. Y para animarnos a comprarlo.

Con los chipirones a la plancha no acertamos, la verdad. A veces los intentos por modernizar los platos no tienen siempre unos resultados aceptables.
Pero el resto de picoteo estuvo bien, el pulpo, la original brocheta, la costilla a la brasa...

Tomamos también el menu de mediodía, el del día. Abundante, asequible y bien presentado. Creo que por unos 12 o 13 euros.




Nosotros seguro que volveremos. A Cobreces y al Brasas y Tapas.

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