martes, 18 de junio de 2013

RESTAURANTE CASA CAMARA. PASAJES DE SAN JUAN (GUIPUZCOA)

La oferta hotelera de Pasajes San Juan es especialmente amplia. Antes de elegir donde comer habíamos, como no, echado una mirada de reojo a nuestra guía de compañía, y recomendaban dos restaurantes. Ninguno era Casa Cámara. Pero en realidad éste es el más famoso, y del que más habíamos oído hablar. Nos asomamos y reservamos mesa.

 
 

La vista de la sucesión de restaurantes desde la plaza es original, casitas pequeñas, con grandes ventanales y metidas en el mar. Al entrar al restaurante la sensación de local tradicional y añoso, desde la puerta con madera y cristal, a los revestimientos de madera y mobiliario escaso.
Al fondo a la izquierda, la famosa "cesta colgandera", como la denomina David de Jorge, que transporta las langostas y cigalas que habitan en el subsuelo del local.

 
 
Como aun no habíamos meditado suficiente sobre la inconveniencia y el aburrimiento adquirido por el uso y abuso de los menús degustación, y en vista de que aquí lo que se oferta es el "menú de temporada", a un precio no demasiado elevado, 36€ con vino incluido, nos decantamos por esta opción.
 
Deberíamos haber hablado antes con los que ya habían pasado por allí, y que a posteriori nos recomendaron haber tomado cigala y un pescado. Pero, a golpes se aprende.
 
De la  lista que conforma el menú de temporada (Aparece en su web) yo elegí un revuelto de cebolleta tierna con carabineros y verduras crujientes y mi compañero de mesa y mantel la sopa de pescado y marisco.
 
Mi plato estaba muy bueno, un revuelto en su punto con la cebolla tierna e intenso sabor a carabinero. Puede en el fondo que demasiado intenso. La sopa, dijo él que tenía mucha zanahoria.
 
 
 
Yo no tenía muy claro el segundo a elegir y seleccione el bacalao al pil pil con piperrada, no sin antes departir con la camarera sobre si el bacalao era de temporada. A lo que ella me respondió que el bacalao era salado y desalado, como siempre.
 
Como siempre no, porque yo he catado bacalao fresco, en casa y fuera de ella, en su correspondiente temporada. Personalmente no me dijo nada el pil pil del bacalao.
 

 
Él pidió una Parrillada mixta, que a saber, consta de bogavante asado, langostino, gambas, almejas, navajas, merluza, chipirones y patatas al ajillo, e incrementa en 6€ el precio del menú.
 
Siempre que realiza elección semejante observo su cara de decepción. Mejor que esta selección es, y me repito, comerse una pieza entera, creo yo. En este caso teníamos además reciente el plato de langostinos del vermú, que habíamos tomado en el Yola Berri, y no pudo evitar hacer alguna comparación, especialmente en lo relativo al sabor, o en este caso a la falta aquí de intenso sabor.
 
 
Postres caseros caseros. Yo leche frita, que estaba buena y él, el postre estrella: un rollo de merengue relleno si bien recuerdo de tutti frutti. Todavía él se relame y revive la cata de dicho postre.
 

Crianza Rioja, con apellido, como no. Alavesa, quero decir. "Heredad Santamaría", cuya cata en lo que a los cinco sentidos se refiere no se correspondía con lo que el etiquetado rezaba. Personalmente no me gustó, nada. Se me ocurren mejores caldos alaveses, asequibles o muy asequibles incluso, que harían mejor servicio y papel. A él no le pareció tan mal, tan mal...


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