domingo, 10 de febrero de 2013

CATA DE BENJAMIN ROTSCHILD- VEGA SICILIA EN LO MEJOR DEL VINO DE RIOJA

No se si esto es extensible a otras geografías, o es sólo en mi pueblo donde para referir que alguien tiene mucho dinero se utiliza habitualmente la expresión: "Ese tiene más perras que Roche". Y no por ningún historico habitante del entorno, sino por una castellanización del apellido Rotschild.

Así que personalmente, la noticia del desembarco de los "Roches" en La Rioja me pareció un acontecimiento con tintes tan fantasticos, como quizás pudiera serlo también el descubrir la existencia real de "Caramba, el de Navarrete", o el cruzarme en la carretera con "La perra de Calahorra".

Esta es un humilde vanalización personal de la importancia real que tiene para la denominación el que Rostchild y Vega Sicilia hayan encontrado al fin un hueco entre nosotros. Porque ellos juegan en una división de ambito planetario, que sin duda aportará un "algo más" al prestigio de nuestros vinos.

Ayer tuvimos la suerte de ser unos de los 50 elegidos para participar en la cata de presentación de los Riojas que este tandem prodigioso va a sacar al mercado el proximo mes de marzo: Macan y Macan Clasico 2009. Y de descubrir los vinos de la mano de Pablo Álvarez, el Presidente de Vega Sicilia que estuvo acompañado por  el director técnico del grupo.

Aunque Roche sigue siendo para mi un personaje mitológico, la cosa no estuvo mal.

La cata se diseñó como un viaje por los mundos del tempranillo en los que participa el grupo Vega Sicilia. Un tempranillo, que siguiendo una de las costumbres más ancestrales de la humanidad toma distintos nombres según el pueblo por donde le da por brotar.

La primera parada del viaje fue en Toro, donde el tempranillo se hace llamar tinta de Toro, y a donde nos transportamos a través de la cata de un vino llamado Pintia.

Como él mismo describió, "Toro tiene cuernos", porque Pintia es un vino exagerado en todos sus aspectos: color, olor, sabor y grado. Unos 15 grados nada menos.

Viajamos después a la Ribera del Duero, donde se oculta el tempranillo bajo el nombre de tinta fina, para catar el Alion. En esta tierra producir vino es más complejo que hacerlo en La Rioja, por la variedad de suelos y el clima extremo, aunque por otro lado, acertando con la ubicación y con suerte en el año, Ribera es capaz de darte lo mejor, dijeron.
El Alion es un vino que esta bueno y quizás sea el mejor de los cuatro que probamos. Suave pero con un matiz incofundible a Ribera.
 

Y finalmente nos pasamos por la Sonsierra, feudo riojano del tempranillo a secas, que es donde este grupo bodeguero ha instalado su sede riojana. Riojana, y alavesa, porque el lugar elegido para la ubicación de su bodega es la localidad alavesa de Samaniego.

Para La Rioja comunidad esto una pena, porque la lluvia de millones que supone para el territorio la inversión se va a quedar aqui al lado, pero hay que admitir que el decorado que presta la sierra en esta franja es monumental.


Probamos el Macan clasico, que es un vino clasico de la Rioja Alta, sin sobresaltos, algo de madera, nada especial. Un buen vino de la zona, como lo hay otros, con un  precio de salida entre 10 y 15 €. Un precio excesivo para un rioja clasico corriente, pero ya se sabe lo que vale un nombre.

También catamos el Macan, que es un rioja mas moderno pero sin ir a las estridencias a las que ultimamente estabamos viendonos arrastrados. Sabroso, oloroso, frutal, con madera ligera. Muy acertado. De precio anda algo abultado para lo que se estila en la denominación: 20-25€ aunque al publico de la cata le pareció hasta barato para ser un Vega Sicilia.

 
La cata estuvo bien, y hay que felicitar a los organizadores por ello, pero creo que tanto betún en los artículos de lo mejor del vino de rioja es demasiado.

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