viernes, 9 de diciembre de 2011

DE NUEVO EN MARINÉE LOGROÑO

Definitivamente somos animales de costumbres.

Nos dirijíamos ayer muy convencidos hacia el Espolón de Logroño, con la intención de entrar a comer por fin en el último restaurante de "Francis Paniego": Tondeluna. Por el resultado final este convencimiento no era tan sólido, como representaba la decida cadencia de nuestros pasos al caminar.

Posicionados frente a la carta que se exhibe en el exterior nos asaltaron muchas dudas, algunas ya repetidas.

Tondeluna es un espacio diferente, no hay duda.

Empezando por que pertenece a un galardonado con Estrella Michelín. Como ya he citado en algunos "posts" anteriores, esto es un elemento de freno en si mismo, puesto que estas "Segundas partes" siempre me resultan sospechosas: Los grandes cocineros, en sus segundos locales ¿¿ponen sólo el nombre o están también en la cocina?? Y aqui viene la pregunta: ¿No será mejor subir directamente a comer al Echaurren a Ezcaray? Bueno, pues ya está liada.

También por su aspecto: en pleno paseo del Espolón una gran cristalera deja visto el interior de un luminoso y sereno restaurante, decorado en colores muy naturales, y en el que una sucesion de bancadas en paralelo se disponen hasta el fondo del local. Bancadas que recuerdan las mesas de un comedor escolar. Quizás esta disposición resulte un poco fria para ir a comer en pareja, y este es otro de los elementos de freno que encontramos ayer.

Y finalmente está el consabido miedo a pagar y quedarse con hambre. Esto no importa si uno está convencido de ir a pagar por probar, por el simple capricho de comer en el restaurante de un cocinero de tanto prestigio, y encima al lado de casa.  Pensabamos comer un menú digamos que degustación, de unos 25 euros creo, pero la carta no nos resultó muy clara: hablan de dos tipos de menú en los que se puede elegir entre varios platos de la carta: casi todos menos los del asterisco, la copa de vino a dos euros, el pan también aparte....en fin, que de nuevo no nos convenció la idea. Aunque seguro que lo intentaremos en otra ocasión.

En fin, que giramos sobre nuestros pies y nos dirijimos a la Plaza del Mercado a reservar una mesa en el Marinée. Algo más modesto aparentemente, aunque yo creo que está en el mejor sitio de la ciudad. Y como ya he comentado anteriormente, tiene un menú de los de "acierto seguro".

El precio sigue siendo 18+iva, al medio día, e incluye primero, segundo y postre, y además una botella de Rioja para dos.
Esta vez se podía elegir entre un crianza que si no recuerdo mal es Hacienda López de Haro de Bodega Classica, o uno de los caldos jovenes de moda: El Guia, de bodegas Finca de la Rica de Labastida (Alava). Y digo de moda porque lo hemos pedir en algunos bares de Laurel sin ir más lejos, y porque es de maceración carbónica y con sabor a levadura "estilo Luberri" para los no tecnicos.
Los platos a elegir en la linea de siempre. esta vez nos decantamos por un primero suavecito y de temporada: verduras "al dente" (coliflor, brocoli, alubia verde...) con espuma de pure de patata y lascas de jamón. Realmente bueno.
De segundo bacalao con langostinos y algo de mejillones y confit de pato. Bueno también.

Lo que menos nos gustó el postre, y así se lo hicimos saber al cocinero cuando salió a interesarse por el resultado del menú: el postre no estaba malo ni mucho menos, pero le sugerimos algo más dulce para otra ocasión. Lo dicho, que relación ubicación servicio calidad precio: impecable.

 

jueves, 8 de diciembre de 2011

EL RINCÓN DE ALBERTO: UNA APUESTA POR EL PRODUCTO

Estos días ha abierto sus puertas un nuevo bar en la calle San Agustín de Logroño: El Rincón de Alberto.

Por lo leido, y posteriormente comprobado, el local quiere diferenciarse de la oferta de la calle Laurel, por ofrecer fundamentalmente productos de calidad. La intención se hace patente nada más acercarse a la pequeña barra que bordea su cocina vista al publico: la pieza de cecina que se exhibe despierta el gusto y el olfato, al igual que la amplia tabla de buenos quesos del mismo mostrador.

La vinoteca es también amplia, y no solo como escaparate de promoción de los vinos, puesto que pudimos comprobar que existe la posibilidad de elegir un vino, previa recomendación o no del propio Alberto o de su camarera.

La atención y el trato al publico, al menos en el tiempo que estuvimos fue excelente.

Sirven raciones, por medias o enteras, y tapas de una amplia variedad de productos, que van desde unas croquetas caseras a unas carrilleras o unas patitas, sin olvidar los platos de embutido. Marisco, por lo visto, hay los viernes.

La tapa de anchoa, que rezuma calidad, a la vista y en la boca, sirve por si sola como declaración de intenciones.

La carta se presenta de forma original, manuscrita, como si de un borrador se tratara, sobre las paginas de una agenda.

A nuestro parecer, esta apuesta por los productos, aunque de agradecer, nos parece algo arriesgada.   Más teniendo en cuenta las reducidas dimensiones del local. Y mira que somos especialmente criticos con el poco trato de favor que da la hostelería al vino en la capital de La Rioja, y en particular en el escaparate que es la calle Laurel. Pocos son los bares que sirven por defecto un buen Rioja, aunque sea cosechero, que buenos los hay y muchos, y en una buena copa.

Siguiendo con el argumento, Laurel es un entorno que funciona mucho bajo la premisa de un bar un pincho, o a lo sumo dos o tres especialidades. Y de primeras parece que esta opcion que nos brinda El rincón de Alberto pueda no encajar en este rol. Quizás es cuestión de concepto, puesto que he visto como otros blogs, como nariz de oro, lo encumbran como "gastrobar", y yo no diría tanto.
Aunque por el momento parece que no estamos muy acertados con este pensamiento, puesto que en las dos ocasiones que hemos visitado el local, a medio día, y entre semana, el publico no ha faltado. Con la peculiaridad de ser un publico de mediana edad, diría que local, o regional,  y con no poco poder adquisitivo. Ojo, que en sus precios el local no es abusivo.  

Decir además que hace también las veces de resyaurante, ya que se puede comer por raciones y tapas en una de sus cuatro mesitas, y sin más, desear exito a la inciativa y al emprendedor que en estos tiempos apuesta por trabajar en lo que cree y por abrir un negocio.

sábado, 26 de noviembre de 2011

CHOCOLATES MERINO: UN CHOCOLATE MUY ESPECIAL

Estos inviernos tan atemperados, de americana y no de chaquetón, no invitan a comer castañas asadas ni chocolates con churros. Sin embargo celebrar cualquiera de los santos del invierno alimentando el olfato y el gusto con una buena taza de chocolate es un placer y una costumbre que yo creo que no se debe perder. Desde San Martín hasta Santa Águeda, pasando por Santa Cecilia y otras citas ineludibles del santoral, es un ritual familiar abrir una tableta de Chocolates Merino y hacer una buena cazuela para desayunar o merendar. Incluso a veces para las dos cosas. A este chocolate asocio otro de los sabores perdidos de mi infancia, el de su complemento ideal: los bizcochos de soletilla que hacían en el Hostal en Santa Agueda y que soliamos parar a comprar, para lograr como dicen ahora "el perfecto maridaje a una humeante taza"



Este es un chocolate para mi muy especial, alejado de las texturas planas de los chocolates más populares como Valor, y quizás más asociable a Pedro Mayo aunque solo sea por su envoltorio. Aunque es de los de comer "cocidos" como así se advierte en la propia pastilla, a mi siempre me ha gustado roer algún que otro trozo crudo. Y digo roer porque es un chocolate de los duros, que uno puede rallar literalmente con los dientes, para obtener un fino polvillo con sabor a canela.



Este sabor a canela le confiere a este chocolate un toque especial y os recomiendo probarlo. Yo lo prefiero con leche, y con un poco de agua al principio para ayudar a la disolución. No se si será facil de encontrar, porque desconozco su linea de distribución, pero seguro que donde lo hacen, en el Hostal El Chocolatero, en Castildelgado (Burgos) uno puede hacerse con una tableta....Lo recomiendo especialmente para los que peregrinan a Santiago, porque el camino pasa justo al lado de la puerta...el francés, claro.

No se si tiene competidores tan caseros como él, pero se aceptan sugerencias para probar y comparar otros sabores.....

lunes, 24 de octubre de 2011

CASA ARMENDARIZ EN VIANA (NAVARRA): ESPACIO SIDRERÍA

Reconozco que disfruto comiendo chuleta de ternera. Aunque también debo reconocer que cuando decidimos ir a comer chuleta, o chuletón, fuera de casa, algo en mi interior se revela. Simplemente porque considero innecesario este derroche.
Considero que el mayor de los secretos de este manjar está en la calidad de la pieza empleada. Y bueno, luego está el tema de las brasas: que si quemo roble, encina o la pongo solo al sarmiento...pero incluso en la sartén puede salir buena una buena chuleta.
Sí, quizás es complicado llegar a los niveles de perfección de los grandes asadores, pero si uno quiere poner a prueba su capacidad, puede encargar una pieza a la Bodega EL CAPRICHO, en Jiménez de Jamuz, un pueblecito cerca de La Bañeza (León). Su carne ostenta, según la revista Times, el titulo de la mejor carne del mundo. Si con esto no aciertas a asar, ya te puedes ir retirando.

Pero bueno, puestos a salir a comer (chuleta) y sin hacer demasiado derroche, la alternativa que ofrecen las sidrerías con sus menús clásicos no es una mala opción.
Teniendo esto en mente nos decantamos por acercarnos a Viana (Navarra).
La ciudad del Prado Salobre, donde se reunían las brujas y brujos de esta comarca encabezados por el famoso Johanes de Bargota. Viana además de estar incluida en la ruta de la brujería de Navarra es también lugar de paso del Camino de Santiago, lo que le hace ser un lugar muy concurrido y contar con una amplia oferta gastronómica.

Fuimos directos a Casa Armendariz. Un local con buena prensa, en el que existe la opción de comer en su area de restaurante convecional, o en su espacio de sidrería. Este último está ubicado en el interior de un calado clásico de bodega.

Por 27 € se come un buen menu de sidrería: tortilla de bacalao, bacalao con pimientos, chuleta de kilo para dos, postre (con opiciones tipo milhojas, cuajadas o clasico queso, membrillo y nueces) y sidra y/o vino joven a placer.

Las raciones abundantes, bien cocinadas y la chuleta, en su plato de barro caliente, suficiente para matar el gusanillo. Así que como opción no está nada mal.

viernes, 7 de octubre de 2011

MESON JABUGO 7 INFANTES DE LARA (LOGROÑO)

En raras ocasiones elegimos ser infieles a nuestros dos "amores", en lo que a gastronomía local se refiere, y nos vamos a aplacar la sed a otros puertos, allende del centro de esta ciudad.
Laurel y San Juan se reparten casi a partes iguales nuestras devociones, pero a veces, ya se sabe, apetece cambiar y dar a otros oportunidades. Una de nuestras paradas prefiridas cuando nos vamos "de barrios", por decir algo, es el Mesón Jabugo, el de la calle Alfonso VI.
El mesón lo tiene todo, menos espacio, aunque parece que eso estan por solucionarlo. Tiene todo limpio, siempre clientes de buen aspecto, tiene buenos productos, tiene muchos vinos y siempre los de última moda, por tener tiene hasta cortador de jamón, y bueno, tiene también un precio algo caro. Esto último, para tapear de vez en cuando, hasta se les perdona.
Para los amantes de los pinchos de Foie esta es sin duda una parroquia que no deben dejar de visitar: es un pincho especialmente fresco y siempre servido en su punto justo. El otro pincho estrella del local es sin duda la croqueta de jamón, de la que yo soy asidua, aunque no en todas las ocasiones puedo decir que haya estado tan bien servida.
Aunque también se pueden tomar tostaditas de queso, unas gambas de Huelva o como no un plato de Jamón, de Jabugo, entre otras excelencias.
En otras ocasiones nos habíamos atrevido ha llegar a pedir incluso un bocadillo de jamón, del bueno claro, pero hoy hemos encontrado la ocasión para dejarnos caer por alli a probar su menú.
Es un menú de cuatro primeros, segundos y postres a elegir, que rota alguno de estos platos cada día. Cuesta casi 16 €, sin bebida.
Hemos comido pochas con almejas y revuelto de jamón de primero. La presentación de ambos más que correcta, y hasta plato de diseño para un primero tan contundente como unas pochas. El pero a este plato lo hemos puesto en que el sabor a mar o "salsa verde" que uno puede esperarse de él, estaba camuflado detras de alguna hierba aromática o de algunas, bastante potentes. hemos discutido incluso que pudiera ser del ajo, pimiento y tomate frescos, pero no lo hemso solucionado.

 

De segundo entrecot de buey y dorada "con su ajada", correctos ambos, y de raciones suficientes.

 

Y de postre hemos tomado milhojas con chocolate caliente y tarta de tiramisú. El chocolate caliente del milhojas no me ha gustado nada. Era de estos tipo sirope, demasiado dulces para un paladar como el mío que esta hecho desde pequeña para chocolates como el de los Hermanos Merino. (No había tarta de queso asi que tendremos que volver otro día para definir la puntuación)
El menú es bueno, y el sitio inspira confianza, aunque no es un menú de diario porque no es barato, con agua y un café llegas casi a los 20€ persona, unos 25 con un tinto majete.

viernes, 30 de septiembre de 2011

TUBER UNCINATUM EN LOS FOGONES DE ESTHER

El pasado fin de semana, "El Pais Semanal" incluia en sus páginas un reportaje donde se hacía eco de experiencias gastronómicas de las que disfrutar en lugares y de formas no habituales. El reportaje, de Xavi Sancho, se titulaba "En mi casa o en la suya", y pretendía acercar al gran público a unos chefs un tanto especiales de los que no se hacen eco las famosas guías. La particularidad de estos cocineros es que te reciben y cocinan para ti en su propia casa, o bien se desplazan a la tuya.
Hace bien poco nosotros tuvimos la oportunidad de invadir la casa de Esther, y más concretamente su cocina. La experiencia gastronómica de la que nosotros pudimos disfrutar forma parte del paquete de actividades que dan forma a las salidas guiadas truferas que ella y su marido Angel ofrecen a través de su empresa Viveros Veplam.
La actividad comienza en el Cañón del Leza, en Soto en Cameros, donde además de disfrutar del impresionanate paisaje, y de la interpretación del mismo, se explican las caracteristicas que debe cumplir un terreno para ser apto para el desarrollo de las trufas.
A continuación se visita el vivero, donde se explica detalladamente el proceso de micorrización de las plantas, la estabilización del sustrato de cultivo y otros pormenores relacionados con el tema, para pasar a continuación a realizar una busqueda de trufa in vivo, con perro.
Como colofón a la visita se realiza una degustación de la trufa recogida.
Nosotros, que somos unos privilegiados, tuvimos la oportunidad de catar una sabrosa tuber uncinatum regada con aceite, paté casero trufado y unos sabrosos huevos trufados de los fogones de Esther. Nos dicen que esta variedad de trufa está bastante cotizada ultimamente, y que le hace probada sombra a la trufa de verano (Tuber Aestivum), sin llegar por supuesto a la excelencia de la trufa negra (Tuber Melanosporum), acompañado todo de un Rioja, claro.


Huevos y pate trufados
La experiencia es muy interesante y recomendable para quien quiera pasar un día diferente en el campo. Además salimos muy concienciados de los beneficios ambientales que aporta este hongo, que en su versión natural no cultivada, está desapareciendo como consecuencia de los estragos causados por algunos desaprensivos furtivos, que cavan los arboles truferos destrozandolos para siempre.

sábado, 17 de septiembre de 2011

DE PINCHOS POR SAN SEBASTIÁN

Hemos estado de pinchos en San Sebastián, desoyendo a muchos que en nuestro entorno nos lo han desaconsejado e incluso nos han llegado a "tomar por tontos", sugiriendonos cambiar esta opción por la de comer sentados a una mesa, que eso si les parecía adecuado por calidad y por precio. Y alentados sin embargo, por algunos adoradores de los pinchos donostiarras, que enfervorizados nos hablaban de sus virtudes generales pero no se atrevían a recomendarnos ninguno en concreto, pusimos rumbo a la parte vieja previo paso por una oficina de turismo habilitada a las puertas del Ayuntamiento. Alli nos dieron una "guia gastronomica", plano incluido con una serie de recomendaciones para tomar pinchos y también para comer sentados.
El primero en la lista de la guía es un bar que está tan de moda que hasta sale en algún programa "callejero" de la tele nacional: A Fuego Negro. El resumen rápido de esta visita fue que llegué allí y "ENTRÉ, VÍ y SALÍ" al más puro estilo romano y tras haber visto en la carta de precios situada sobre la barra, a pesar de lo oscuro del lugar, cuánto cobraban por un tinto Rioja "Cantos de Valpiedra".
Un poco más adelante encontramos dos, que también venían en la guía, y nos decidimos a entrar.
En primer lugra entramos al "Txuleta" que estaba marcado más como restaurante que como bar de pinchos. Nos tomamos una viera gratinada y un solomillo al vino, tinto y caña. La viera sin más, el solomillo bueno. El local, como barra de pinchos, regular. No es el típico local con la barra a rebosar de opciones y resulta algo frio.
Y así con ganas de mejorar lo presente nos dirigimos a "Casa Gandarias". Este sí es más acogedor, con una barra repleta de pichos frios muy variados y opciones de pincho caliente. El local repleto y a pesar de todo los camareros muy activos y con buena cara. Tomamos varios, entre ellos un crep de bacalao que en presentación puntuaba alto. Estaba bueno, pero tampoco era para tirar cohetes teniendo en cuenta los precios, claro. Otro de los pinchos con más demanda en barra era un pincho de champiñones, para mi decepcionantes al gusto, a pesar de que robaban la vista nada más verlos. Desde luego que en esto de los gustos todo es relativo, y mi referencia en pinchos de champiñón es el champi del Soriano, en la calle Laurel de Logroño.
Fuimos a otro bar en la calle Puerto, de cuyo nombre no consigo acordarme, de los de barra repleta también, y allí tomamos unos pinchitos clásicos de pulpo y atun encebollado.
Un poco decepcionados por la expectativa hecha sobre los famosos pinchos de San Sebastián, deambulamos un poco más por las callejuelas sin saber si decidirnos a volver a las recomendaciones de la guía o tal vez arriesgar por un local fuera de guía. Hicimos esto último y acertamos.
Entramos en la "Gastroteka Atari", situada en la esquina en la que confluyen la Calle Mayor y la Calle 31 de Agosto. Con una decoración en estilo moderno, pero en la que se acumulan algunos detalles simbólicos, y en un espacio muy luminoso, tomamos un Pincho de carrillera, uno de Rabo de toro y otro de Basacherri, con sus respectivos acompañamientos en forma de patata cocida, puré de patata con trocitos de jamón o panceta y salsa de piquillos entre otros. La carrillera excepcional, en su punto de guiso y después planchada, y el taco de Basacherri, que amablemente nos explicaron que era un cerdo criado en caserio, buenísmo. Todo acompañado de un chacolí escanciado de Guetaria, recomendacion del camarero. La buena calidad de los platos y el servicio de los camareros salvaron afortunadamente nuestra experiencia gastronómica de la jornada.

jueves, 15 de septiembre de 2011

RESTAURANTE SAN GIL. CERVERA DEL RIO ALHAMA (LA RIOJA)

El San Gil es un restaurante-cueva situado en los bajos del Hotel Rural de Cervera, en Cervera del río Alhama (La Rioja). Esta cueva, a diferencia de La Petra de Arnedillo, se presenta en un sólo espacio que hace las veces de pared del restaurante, fondo y parte de los dos laterales. No es demasiado grande, está decorado de forma minimalista y tiene una iluminación que hace agradable el espacio. Insisto en el tema del tamaño de la cueva porque quizás alguien pueda esperar encontrarse en una profunda gruta y no es el caso.
Nos encontramos con un restaurante con las mesas casi vacías, en un momento en el que pensabamos que no encontraríamos sitio.
De la carta tomamos unos entrantes para compartir y antes unas cervecitas: croquetas, ensalada templada, servida con el contenido de la ensalada muy troceado y totalmente envuelto en una ligera salasa mayonesa, y revuelto de boletus. Este último en teoría, de hongo fresco: no pensamos lo mismo varios de los comensales pero esto es sólo una suposición avalada por nuestra propia experiencia.


Bacalao al pil pil con almejas marinera, sepia a la plancha también con las almejas, calamares con pimientos, muslito de pato con mermelada de naranja creo...un vino joven de Rioja, y de postre un par de sus famosas torrijas para compartir.

La torrija está buena, no puedo decir lo contrario. Sabe un poco como a donuts casero de esos que se pringan en melaza de azucar y agua, pero de momento no me voy a hacer fan en su facebook, tengo dudas sobre la clasificación de torrijas.
Para 5 personas 150€. A mis "parteners" no les parecio barato. A mi me parece qeu está en precio de mercado, del actual mercado uniforme de precios. Un pelin de decepción, pero volveremos para asegurarnos.

lunes, 5 de septiembre de 2011

ELEPHANT & CASTLE DUBLIN

Esta pequeña pero internacional cadena de restaurantes, con origen en un Pub londinense del siglo XVII, que llegó a cumplir 300 años y que también cuenta con una sede en Nueva York, tiene un nombre de leyenda. 
Se dice que el nombre es en realidad una deformación de las palabras "Infanta de Castilla", o dicho a la Irlandesa "Enfanta de Castile". Y es que Carlos I de Inglaterra e Irlanda (es lo que pone en la web del restaurante), se enamoró de una princesa española allá porel año 1625, que le dió calabazas y que para variar nos costó una guerra. Por lo visto, antes de las calabazas y para honrar a la dama, en el sur de Londres se inaguró un Pub con el nombre de "Infanta de Castilla", que como ya he comentado fue increiblemente longevo. 
La historia la cuentan más o menos en la Web del restaurante, aunque no está claro que el origen no sea ese sino más bien el blasón de una familia noble del terreno.
En lo gastronómico el Restaurante no puede estar mejor situado, justo en medio de Temple Bar. Es bastante grande y tiene unas hermosas cristaleras a través de las que ver cenar y pasar, y una larga cola para coger mesa y/o reservar una.
Conseguimos mesa a la segunda y a una hora bastante temprana para lo que acostumbramos aqui a la cena. El restaurante a rebosar y constantemente doblando mesas. En realidad, al entrar la sensación es la de entrar en un local de comida rápida, y el olor es algo acido e intenso, en realidad huele a lo que después comprobamos que es uno de los platos estrella del lugar: alitas de pollo picantes, servidas en una cestita y acompañadas de dos palitos de apio y una salsita. Picaban mucho, mucho, y diría que llevaban además de un rebozado de pimentón, un chorro de vinagre. Después de probar la primera te das cuenta de porque te traen un explendido vaso de agua nada más pedirlas.

No nos complicamos mucho e inluidos por la sensación de estar en una hamburguesería más cuidada que las más conocidas de ellas, pero con mesas desnudas de madera y servilleta de papel, por unas hamburguesas: Una con queso cheddar y bacon y la otra de queso stilton. La carne de la hamburguesa, cocinada a la brasa, estaba realmente sabrosa, y tanto su dosis como la de los complementos de queso podíamos decir que desmesurados, especialmente la ración queso stilton que metieron...no se aprecia bien en la foto pero está debajo de la carne...

Al final salimos contentos y quizás demasiado llenos. Con unas cervezas algo menos de 50€ para dos...en la media nacional irlandesa.

COMER EN DUBLIN: SALAMANCA TAPAS BAR & RESTAURANT

Lo cierto es que para acabar en un "bar de tapas" no hace falta irse tan lejos...pero en el abarrotado Dublin encontrar una mesa centrica para cenar sin reserva previa es una tarea complicada, y bueno, acompañados por un recién emigrado a estos lares no nos pareció una idea tan descabellada.
"Los Salamanca" son dos restaurantes muy centricos y populares de Dublin: uno está casi enfrente de la entrada al Castillo y el otro, que fue donde nosotros cenamos, en St Andrew's Street, a un paso de Temple Bar.
El restaurante no es el tipico rinconcito español con olor a fritura, decoración flamenca, fotos de toros o iconos patrios semejantes, es un  lugar bastante agradable, con decoración moderna, y alguna ligera caracterización española.
Tiene una amplia carta de platos a elegir, que según reza el encabezamiento de la misma son "muy Salamanca, Andalucía y San Sebastián", aunque nosotros en nuestro inmobilismo gastronomico pedimos filete de ternera en salsa de pimienta que en su carta aparece como "Classic Irish Beef Steak" y filete de salmón, otro calsico irlandés, éste rebozado en sesamo y con una salsita de guisantes.


Y ya que estabamos aqui nos permitimos acompañar los platos con una ración de bravas. Las raciones, la verdad, es que estaban buenas y bien presentadas, pero a la selección navarra y riojana que alli estabamos nos resultaron un tanto escasitas.
Nos tomamos unos postres también, que a excepción de una crema catalana, estan demasiado internacionalizados...ni un guiño al arroz con leche o al "tipical spanish" flan de huevo casero o torrija. Así que nos conformamos con unos crepes, un pastel de chocolate y unos profiteroles.


Este es un punto que igual deberían considerar en el restaurante, el incluir algo más español en sus postres digo, porque mira que hay grandes postres en España, y seguro que entre ellos alguno típico de Salamanca...
Y aunque nosotros en un alarde irlandés acompañamos la cena con cerveza, también quiero aprovechar para criticar la poco Española carta de vinos que oferta el restaurante, que eso sí, muestra una selección de buenos caldos nacionales en su comedor, como decoración.
La carta de vinos es amplia, sí, pero hay vinos chilenos, sudafricanos, franceses, de Nueva Zelanda, y entre los españoles los del Marqués de Riscal y los de Bodegas Torres. Donde corresponde citan Rueda y Priorato pero no más, el resto se etiquetan como Spain. Y que no nos digan que el vino español no llega porque vimos bares que ofertaban hasta vinos de León en sus cartas...
A pesar de todo, no nos fuimos con mal sabor de boca. Para tres algo más de 80€...

martes, 30 de agosto de 2011

KEANES BAR AND RESTAURANT (ORANMORE-CO.GALWAY-IRLANDA)

Las guías sobre turismo en Irlanda no incluyen la comida nacional como uno de los elementos a destacar del país. La mia en particular se centra en describir los guisos de carne, la desmesurada presencia de patata en la dieta, la importante presencia de fritos y lo poco que valoran el pescado los Irlandeses. Sólo le hace aprecio al pan de soda.

Lo bueno partir con una expectativa tan poco halagüeña con respecto a la comida, es que es facil ilusionarse si al final uno no se encuentra con un nivel tan pobre en la cocina. Y creo que eso es precisamente lo que nos pasó, quizás porque arriesgamos más bien poco en la elección de restaurantes que hemos visitado durante este mes.  

El KEANES se autodefine como bar-restaurante, aunque hace las veces de Pub en la calle principal de la localidad de Oranmore, un pequeño pueblo situado en la bahia de Galway.

Es un local típico irlandes, en el que uno avanza a través de una sucesión más o menos ordenada, y siempre elevada, de espacios o habitaciones que configuran el local. Practicamente uno puede cenar en cualquiera de estos espacios si encuentra sitio.

La carta que ofrece es variada y además cada día se incluyen fuera de carta varios platos, y también existe la posibilidad de tomar un menú. Hay platos locales, de carne y pescado, y varios que podríamos clasificar como internacionales y que tienen verdadero exito entre el público, como las fajitas. Este público que podríamos pensar adicto a la cerveza Guinnes, también es adepto a otras cervezas nacionales como la Smithwick's o la Kilkenny, y por supuesto a la sidra Bulmers.

Como aperitivo en este local, en el que cenamos dos veces, tomamos un  plato "Duck Spring roll": un rollito de primavera a base de pato crujiente, rociado con una suave salsa de ciruela. La presentación de los platos es bastante correcta, y el servicio también aunque no hay que esperarse manteles en las mesas.


Aprovechando la oportunidad también probamos la carne de vacuno, servida como chuleta a la brasa (Sirloin Steak 10 oz), el famoso salmón de la bahia (Salmon steak) y un pollo relleno de digamos que una masa de patata y mantequilla con setas y salsa de romero (Chicken Supreme Duxelle).

Todos los platos se presentan junto con sus correspondientes patatas fritas o asadas, verduras cocidas o rebozadas, aros de cebolla, salsas y mantequillas en cuencos aparte.

La chuleta, a la que no he querido referirme commo de ternera, era de carne irlandesa, probablemente de algun ternero de la raza Aberdeen angus o quizás de la Polled Hereford, esos terneros sin cuernos que se pueden contemplar abundantemente en los prados irlandeses, y estaba muy buena.
El plato de pollo es también una curiosidad que puede probarse por lo original de su sabor, aunque realmente es una bomba calórica y resulta una temeridad comerse todo el relleno.
El salmón estaba bueno, pero estos irlandeses tienen tendencia a enmascarar los sabores y realmente con tanto acompañamiento no se podía degustar el pescado en todo su esplendor.

Como postre quiero destacar, por lo diferente, el "Rhubarb Crumble", o pastel de ruibarbo.
 Una hortaliza muy apreciada en el norte de europa de curioso sabor, un tanto acido, y de aspecto parecido a un apio. La mezcla de la tarteleta de bizcocho de mantequilla, con una compota de esta hortaliza y acompañado de helado de vanilla es como poco dierente, aunque hay quien puede encontrarlo algo desagradable.
Para quienes se alojen en la localidad el restaurante es recomendable, y no es caro. La pinta de cerveza por unos 3,70€, podeis ver los precios en la carta de su web, pero una cena completa para dos, a la carta, puede rondar los 50€ sin privarse de nada.

miércoles, 24 de agosto de 2011

DE "VERMÚ" EN BELORADO (BURGOS)

Una de las singularidades más especiales que pueden atribuirse a Belorado es sin duda su gran cultura del bar. Pese a que su número de habitantes no es demasiado elevado, el ratio de bares por persona y las horas que pasan sus habitantes en los bares son considerables. Sin embargo el ratio de consumo de alcohol seguro que no superará la media nacional, porque la afición a ir al bar o al café está muy vinculada a la arraigada pasión local, tanto masculina como femenina, por el juego de la baraja.

También existe en Belorado una especial devoción por tomar el "vermú" que sin duda llega a su máxima expresión los domingos y festivos y las fiestas de guardar.
Los pinchos y tapas del vermu beliforano son de bastante calidad y además destacan por su variedad.
Una ruta de vermú en Belorado bien podría empezar por el Bar KAIS, donde sirven unas rabas muy particulares por raciones enteras o medias, que se recomienda no tomar ni a primerisima ni a última hora. En este último caso porque seguro que te quedas sin ellas. Las rabas las toma cada uno acompañadas de lo que quiere, pero un numeroso grupo de gente suele tomarlas con un biter o medio. Si la ración puede tomarse en temporada de verano, y sentados en la terraza de la Plaza Mayor la experiencia puede pasar a mi parecer, y por lo agradable del escenario, de lo sublime.

Después de las rabas lo propio es acercarse al BAR ACHA a por unos champiñones guisados con guindilla algo picante. Los champiñones pueden tomarse por raciones o como pinchito, que para probar también está muy bien. La barra de este bar, el de Julito, está repleta de pinchos tan demandados como los propios champiñones, y por citar algunos de los que se acaban más rápido puedo nombrar aqui las famosas croquetas caseras que rianse las del Echaurren.

Aunque es dificil decantarse, quizás no debe uno pasar de largo por el BAR MONTERREY otro con terraza a la Plaza Mayor, y con un importante surtido de pinchos. Aqui no diría yo que hay un especial, pero hay varios montaditos bastante buenos, y platos de caracolillos de mar, que por algo son pescaderos.

Saliendo de la Plaza, la cuarta ronda la tomaría en el BAR GROS, el de Alfredito. El Gros es sin duda uno de los puntos calientes del municipio en lo que se refiere a vermú o vino de por la tarde, y es punto de visita obligada. Siempre tiene una importante variedad de pinchos a la hora del vermú: los clásicos de aceituna, atún, mejillones, pepinillos y otros encurtidos, muy bien presentados y siempre frescos. muy adecuados para acompañar un corto de cerveza o un buen vino. Ultimamente también hay otras cosas interesantes en forma de momtadito. El de pimiento, bacalao y alioli es muy interesante.

Para rematar hay que hacer un esfuerzo y dejarse caer por el BAR ETERNA. Casi podría apostar que pocos basres hay en España con los pinchos más brillantes y frescos que en este. Aqui son famosos los pinchos de navajas (de lata), los de bonito, el huevo relleno, y mi preferido, el simple pepinillo relleno de anchoa.  

Y con esto y la hora de comer dada a esperar que den las 21:00 en el reloj de la torre de la Iglesia de San Pedro para ir a tomar los vinos de antes de cenar, y porque no, una de las famosas Tortas rellenas del BAR GROS y unos de los variados bocatitas del BAR ETERNA.

RESTAURANTE LOS BRASEROS BURGOS

Otra vez hemos estado de boda. Y esta vez la boda tenía algunos puntos de interés: en lo social que la boda era la última de las esperadas en la cuadrilla, lo que le daba un punto extra de aceptación y emoción, y en lo gastronómico pues que ibamos a un nuevo restaurante.
El restaurante Los Braseros es un clásico en Burgos en el que nunca habíamos estado. Está situado en la carretera de Logroño, saliendo de Burgos hacia la Pedraja y digamos que a la altura de los tomillares.
El cocktel de bienvenida se sirve en un patio con jardín, que está decorado con algún elemento rústico del tipo barrica y carreta antigua.
El picoteo que tomamos no puede considerarse entre los mejores que hayamos probado en las bodas, ligero y sin nada a destacar, pero más que suficiente. Porque es que hay bodas en las que el picoteo es más importante que la comida, medida ante la cual yo me posiciono en contra, porque siempre tiendo a dudar si es cuestión de ostentación o simplemente falta de previsión.
Durante el agradable rato de picoteo nada hacía presagiar sin embargo la suntuosidad, fastuosidad y otras dades que se me ocurren para describir el recargado salón donde se celebró el banquete, en el que el que el escenario principal estaba compuesto por una calesa negra y dos sillas que más bien podríamos definir como tronos donde se sentaba el recién estrenado matrimonio.
Creo que el lugar a pesar de tener admiradores y de sus dimensiones no es del todo apto para claustrofóficos.
La sensación del decorado opresor se vio sin embargo eclipsada por el gran menú del que disfrutamos. Y digo gran en cantidad y calidad porque no faltó de nada y porque estaba todo bastante bueno.

Para la cena se sirvieron varios primeros: ensalada con foie mi cuit rallado, viera rellena gratinada pero de esas que no son todo masilla y una seleccion importante de frescas cigalas y langostinos. Como pescado y para desviarse un tanto de lo clásico diría yo, los novios eligieron un timbal de bacalao, bien presentado y con un toque de originalidad, que en general fue bien aceptado pero al que yo no puntuaría mucho mas alla del aprobado. A continuación solomillo, bastante aceptable teniendo en cuenta el elevado número de comensales y de postre milhojas. Marques del Puerto Rioja y un rueda de cuyo nombre no logro acordarme.
En general nos quedamos con un buen saborde boca.

LA RANA DEL MORAL CALAHORRA (LA RIOJA)

La Rana del moral es otro de esos restaurantes a los que uno puede acudir a comer en Calahorra y salir satisfecho. Hasta hace poco esa satisfacción no era del todo completa porque a veces la comida se hacía algo pesada para el bolsillo. Y digo hasta hace poco porque ahora uno puede comer por unos 30 euros un menú bastante razonable en el que hay varios platos a elegir, con vino incluido.
El local es sin más agradable con una decoración clásica en la que una pared pintada se combina con arcos de falsa piedra y el servicio correcto.

Este fue el lugar elegido por los AZK a mediados de julio para agasajar a una compañera que ya dejaba de serlo. Por poco más de 30 euros y para un grupo de 20 personas el menú pactado consistió en una selección de cuatro entrantes diferentes a compartir para cada cuatro, un segundo y un postre de la carta a elegir. Incluia también crianza Rioja de la casa (Solar Viejo), agua, pan y café.

Como detalle de bienvenida un buenisimo pan tostado, al que acompañar al mas puro estilo catalán con tomate, ajo y aceite de oliva LECTUS de arbequinas riojanas.

Como entrantes una ensalada de langostinos, ventresca con pimientos y cebolla caramelizada, huevos rotos con patatas y hongos y parrillada de verduras.

Una amplia variedad de segundos a elegir entre los que había bacalao a la riojana, cochinillo, entrecot, chipirones rellenos...y también una buena variedad de postres, entre los que destacar la tarta de queso que supera el aprobado. Y es que quien conozca nuestra trayectoria crítica habrá notado ya que la tarta de queso se ha convertido para nosotros en un referente de "calidad" hostelera.

En resumen, que el resultado general ha sido satisfactorio y que este es un restaurante a considerar a la hora de elegir lugar en Calahorra.

viernes, 15 de julio de 2011

LA REPUBLICANA-ZARAGOZA

Sola y de vuelta a casa tras unas jornadas fuera del hogar, aprovecho el tiempo de transbordo en Zaragoza para acercarme al centro de la ciudad y comer un menú casero, a ser posible en un ambiente que me resulte acogedor.
No se me ocurre nada más acogedor y casero en Zaragoza que La Republicana, un clasico de la ciudad en la zona de El Tubo. Comer en este restaurante es como comer en una cocina de casa de campo francesa, de esas que se llaman "provenzales". Mesas con mantel de cuadros rojos y blancos, paneras de hojalata esmaltadas en blanco, vaso de taberna, y todo esto rodeado de anuncios, carteles, muebles y accesorios antiguos sobre una paredes amarillo mostaza recubiertas de estanterías con malla metalica, de esas de vallado de gallinero.
Además de acogedor hay mucho para elegir, menú del día, menú poular, o carta. Los menús entre 12 y 14 euros. Comi una ensalada de pollo, abundante y original: con pollo y acompañada de muchos, muchos frutos secos. De segundo pichos de pollo especiados y arroz con leche de postre. Un café y al tren, co la sensación  de estar ya más cerca de casa.
Podeís ver de lo que hablo en su pagina web:
                                                       http://www.larepublicana.es/index.html

HERVENTIA LOGROÑO: CENA A LA CARTA

Como comentaba en una entrada anterior me fui del Herventia con la sensación de haber probado platos ricos y bien elaborados, pero un tanto escasos y caros, y aun así creí que una visita tan efímera no era suficiente para juzgar el restaurante. 
Esta  nueva oportunidad para juzgarlo me hace concluir que efectivamente el restaurante no es barato en absoluto, que las raciones no son especialmente abundantes y que la calidad y el modo de elaboración son bastante buenos, igual que el servicio y el ambiente. Aun con todo mi sensación al salir de la cena fue la de haber disfrutado con la comida y la bebida, y la de haber probado algo diferente en Logroño.

Como aperitivo de bienvenida nos deleitaron con una pequeña copa de crema de patatas a la riojana que estaba realmente buena, y que resulta una elección muy adecuada además, teniendo en cuenta la ubicación y el nombre del restaurante.

Tomamos como entrantes parrillada de verduras servidas en su punto y pulpo a la brasa, acompañadas de un vino blanco de Dinastía Vivanco, de viura mayoritaria y aportes de malvasía, que considero una acertadísima elección para esta comida.

De segundo bacalao a la brasa con pimientos asados y merluza a la brasa con salsa bilbaina y pimientos verdes. El bacalao desalado y un tanto soso, pero aceptable. De postre tarta de queso, como no, bastante buena y nada artificial y torrija con helado de café. Esta vez la torrija estaba buena pero no me gustó tanto. Esto, con pan y agua 50€ por persona.

Como nota apuntar que sorprende que en pleno corazón de La Rioja, y amparados por un nombre tan riojano, el cordero que se ofrece sea de Tierra de Sabor, y no se haga un guiño al cordero Chamarito riojano.

En resumen, un restaurante recomendable pero quizás demasiado caro, en linea con esa tendencia del mercado de establecer unos precios demasiado homogeneos en función de la categoría que uno quiere tener o piensa que tiene, y no de la categoría que el publico le otorgue. Aprovecho aqui la ocasión de hacer este comentario no porque sea aplicable a este restaurante en concreto sino porque es algo que me mantiene totalmente indignada: parece que los precios deban ponerse en función del precio del vecino sin valorar si la categoría del vecino, la fama, la experiencia, el servicio, el producto, los años,etc son o no mejores que los que uno ofrece, simplemente se creen iguales a sus vecinos por ser vecinos...y eso no puede ser así.

COCINA EN DIRECTO CON CARLOS RUIZ DE VERGARA EN LA FERIA DE LA TRUFA DE SOTO

Un año más la Feria de la Trufa llegó a Soto en Cameros el último fin de semana de junio, y ya van VII ediciones. Este año el programa del domingo, el día fuerte, llegó algo más flojo que en los años anteriores en cuanto al apartado culinario se refiere, porque no hubo circuito de pinchos. Eso sí, hubo degustación de huevo trufado, que como cada año fue especialmente exitosa: Por tres euros te servian un huevo trufado (Con trufa de verano-Tuber aestivum), acompañado de unas setas y una ración de pan. Al pan de Soto debería dedicarle algún día una entrada, porque aunque parezca un tópico he de decir que sinceramente ya no quedan panes como este.

Sin embargo los aficionados a la gastronomía trufera encontraron su espacio este año el sábado. A mitad de la mañana pudimos disfrutar de una sesión de cocina en directo con el cocinero Carlos Ruiz de Vergara, autor entre otros de los libros "Cocinar con trufa" y de "Cómete la crisis", y profesor de la escuela de hostelería de Burlada (Navarra)



Durante unos dos horas Carlos nos enseñó a cocinar pasta a la carbonara trufada, pierna de conejo relleno trufada y flan trufado, además de unos canapés de queso y paté también trufados que pudimos degustar al final de la sesión. El paté y el queso estaban realmente buenos, y la receta parece facil. El cocinero amenizó  la sesión contado multiples anecdotas relacionadas con la trufa y respondiendo a las preguntas de los improvisados alumnos que casi llenaban la carpa ubicada en el frontón de Soto en Cameros.

viernes, 1 de julio de 2011

CASA FAU (JACA)

De vuelta a casa qué menos que parar a dar una pequeña vuelta por Jaca. La verdad es que así a plena luz del día la ciudad me decepciona, a pesar del buen recuerdo que me quedaba de ella. El centro me resulta un tanto decadente, los alrededores de la Catedral peatonales sí, pero poco cuidados si hablamos de estética y urbanismo; el resto de la ciudad victima de la costrucción de fin de semana y temporada de esqui: una verdadera pena si consideramos lo que podría haber sido estando tan cerca del Pirineo.

Decepciones aparte y confiando al menos en que los postres no nos decepcionen, pinchamos algo en el tipico Casa Fau de los soportales de enfrente de la Catedral: fritos varios y cómo no, caracoles a la plancha con ali oli. Solo diré que traicioné el conocido  lema de comer caracoles sólo en casa de madre y pague un poco por ello, porque me acordé a cada bocado de mi falta y encima los caracoles no me entusiasmaron demasiado (a pesar de ser un plato muy demandado en el lugar)
El jaqués de la Suiza cumplió las expectativas y las coronitas de Santa Orosia de Casa Echeto me hicieron olvidar todo lo demás.

RESTAURANTE CASA FRAUCA EN SARVISÉ (HUESCA)

Como ya he comentado nuestro objetivo en Torla era conseguir una mesa en El Duende, y esto fue imposible en nuestra primera noche, así que asesorados por los dueños de la recomendable casa rural donde nos alojamos: Casa Bandrés, reservamos mesa en Casa Frauca, en el pueblo de Sarvisé, a unos cuatro o cinco km aguas abajo de Broto. La primera impresión nada más entrar al restaurante ya fue buena. De los tres comedores con los que cuenta el restaurante nos tocó el del fondo a la izquierda, un rincón muy calido y exquisitamente decorado con papel estampado en tonos pastel, al mas puro estilo "Shabby Chic" que a mi personalmente me encanta, y abierto al primer comedor, que está decorado en estilo más rustico con piedra y vigas de madera vistas.
Además de una completisima carta, y sigueindo la costumbre del lugar, oferta un menú por algo menos de 20 euros, con varios primeros, segundos y postres extraidos de la propia carta. En este caso el vino no está incluido.
Como entrante una cucharita con una especie de taboulé de cous cous bastante especiado y muy rico. Para beber y considerando que lo propio es pedir un Somontano tomamos Lalanne Classic Crianza 2008, haciendo caso al camarero, que todo hay que decirlo, fue un estupendo profesional.  Aun con todo este vino nos resulto demasiado fuerte, claro que un crianza Rioja también resulta suave para los paladares acostumbrados al Merlot y al Cabernet Sauvignon.

De primero elegimos crepes rellenas de espinacas y queso brie y un carpaccio de buey con virutas de parmesano. Los sabores geniales, las crepes suaves pero con sabor intenso y el carpaccio regado en un buen aceite de oliva.


Solo llegar hasta aqui y pensamos que El Duende lo tenía muy dificil para superar el lugar, el servicio y la comida. Para mi no lo supera, Casa Frauca fue una agradabilisima y afortunada sorpresa, y un sitio especialmente recomendable, por unos 7 u 8 euros más por persona. De segundo tomamos carrilleras de ternera y confit de pato, que os dejo aqui también.

De postre Tarta de queso fresco, agradable de sabor y textura, y alejada de las habituales grandes densidades y quesos pesados, acompañada por helado de frambuesa y también un hojaldre relleno de crema, caliente y con un punto de canela . Si no hubiera estado cerrado los lunes seguro que hubieramos vuelto por aqui. Otro que seguro incluimos en la guía, y en esto coincidimos con los de la Guia Repsol.

martes, 21 de junio de 2011

RESTAURANTE EL DUENDE (TORLA)

La primavera es una gran época para visitar cualquier punto del Pirineo, y especialmente el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Nos encontramos con el turismo justo, las rutas de senderismo y montaña casi despejadas, buenos precios en los alojamientos y si el año ha traido agua y  nieves unos paisajes excepcionales.
Sea cual sea la dificultad y duración de la ruta elegida lo que es seguro es que las rutas abren el apetito de los caminantes. Lo normal es que la comida se haga de camino, a mitad o a final del mismo, a base de bocadillo de embutido o lata de sardinas y que se deje para la cena el placer de sentarse a comer a una mesa, una vez realizado el esfuerzo.
En el entorno de parque hay una variada oferta de restaurantes, y en cualquiera de los municipios circundantes podemos encontrar un lugar donde cubrir nuestras necesidades en un amplio abanico de precios.  
Nosotros nos hemos fijado el objetivo de conseguir mesa para cenar en uno de los restaurantes más conocidos y concurridos del entorno, sino el que más: EL DUENDE de Torla. Lo conseguimos la tercera noche y aun repetimos la cuarta, pero sólo porque entre semana y en junio es más facil.

El restaurante ocupa una casa de piedra: en la planta calle están los baños y un área con sofás y una pequeña barra, decorados en estilo rústico, y las escaleras que nos llevan a los comedores, que ocupan la primera y segunda plantas del edificio. Dicho así podría parecer que los comedores fueran amplios y de gran capacidad pero la verdad es que el espacio de comedor disponible no es demasiado holgado. Aun así las mesas guardan un amplio espacio entre sí para la comodidad del visitante.
Además de llevar en mente el restaurante, también nos han recomendado ceñirnos al "menu", una amplia lista de platos y postres por algo menos de 20 € por persona, con vino de la D.O. Somontano incluido, que por algo estamos en Huesca. La verdad es que nos hemos encontrado que esta opción de menú de 20€, con o sin vino, se oferta de forma habitual en los mejores restaurantes de toda la zona, llegando al menos hasta Ainsa. Comer en estos sitios a la carta es una opción, pero en todos la factura llega a doblarse, y los menús que hemos probado han sido todos de notable alto. De hecho abogo por la exportación del modelo a La Rioja.

Antes de pasar a enumerar los platos que hemos tenido el gusto de probar y por sacarle un pero al restaurante, justificado creo yo, es que doblan e incluso triplican turnos, lo que hace que en un día fuerte el comensal tenga la sensación de ser despachado con demasiada prisa, y esto ensombrece un tanto la sensación tan positiva que te puede aportar el menú. Y digo justificado porque al fin y al cabo aqui no hay pistas de esqui, y este no es un valle tan transitado, sólo hay que ver sus accesos, el Cotefablo y la vergonzosa Carretera Nacional que te acerca a Ainsa, que parece una bandera al viento a favor de la despoblación, por lo que entiendo que se intente trabajar cuando se pueda todo lo que se pueda, pero siempre asumiendo que esto puede tener sus riesgos.  

Volviendo a lo nuestro que es la comida, siempre un humilde pero correcto entrante de bienvenida. aqui os dejo sus fotos acompañados por los vinos de cortesía, de los que hablaré seguro en otra ocasión, pero por si se demora el momento, decir que el Nunc de Ballabriga merece al menos descorchar una botella.

 

He decidido adjuntar este "collage de platos":




Todos los platos sin excepción sensacionales en relación calidad precio, raciones abundantes, buenas presentaciones, texturas y sabores suaves !! incluso, hay que decirlo, en la salsa de boletus!!, y eso ya es más que meritorio. Como veis probamos arroz cremoso con viera carabinero y langostino, vol au vent al horno con foie, quso de cabra y champiñones, pasta a la carbonara y pastel de cebolla con jamon de Teruel, eso de primero y entre los segundos Lomo de ciervo a la parrilla, bacalao con fritada y lomo de buey. Repetimos el ciervo. Los postres de buena calidad todos: el requson, la mousse de yogurt con membrillo y el petisú con crema catalana y chocolate. describirlos uno a uno sería interminable así qeu sin más solo recomiendo el restaurante, lo guardo para mi guia y espero repetir.